Bueno,
ya estamos de vuelta en casa, dos semanitas muy bien aprovechadas. Comenzamos
nuestro viaje pasando por Salamanca, una ciudad que no me canso de visitar.
Un par
de días descansando con la familia en Melgar de Fernamental (Burgos), para
posteriormente poner rumbo a Francia. Primero hicimos noche en Burdeos, que tiene
una casco antiguo muy bonito y fácil de visitar, nosotros en una tarde vimos
los principales puntos de interés y disfrutamos paseando por sus estrechas
calles, con precioso edificios e iglesias (nos resulto curioso el hecho de que
el campanario se encontrara en un edificio independiente de la Iglesia).
Nuestro
destino final era Paris. Que puedo decir de esta ciudad, quede gratamente
impresionado, maravillado, fascinado… emocionado, preciosa ciudad. Solo
lamentar la cantidad de turistas que abarrotamos la ciudad y lo caro que es
todo allí.
De
vuelta nuevamente paramos en Burdeos, para hacer más cómodo el viaje y
aprovechar la tarde para visitar la ciudad nuevamente y de forma más tranquila.
Llegando
a la frontera hicimos una última parada en un pueblecito encantador que ya
conocíamos Saint Jean de Luz, un baño, un paseo y para casa.
Unas
realmente fantásticas vacaciones.
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